Una mala higiene bucal o tener los dientes mal colocados pueden dar lugar a enfermedades periodontales como gingivitis o periodontitis.
El correcto cuidado de la boca y su buena salud aún es una asignatura pendiente para muchas personas. No solo los niños descuidan su higiene bucal, sino que numerosos adultos, ya sea por tiempo o desconocimiento, no siguen un adecuado cuidado de dientes y encías.
Según la Sociedad Española de Periodoncia y Osteointegración (SEPA), la gingivitis es una patología que afecta casi al 85% de la población adulta. Esta es una enfermedad periodontal donde se produce una inflamación de las encías con posibilidad de sangrado, y cuyos síntomas responden a la acumulación de placa bacteriana. Puede darse en personas de todas las edades, aunque es más habitual en mayores de 35 años. Cuando esta enfermedad se encuentra en un estadio avanzado, se conoce como ‘periodontitis’ y puede provocar el afloje o caída de los dientes.
Los motivos principales por los que sangran las encías son principalmente dos: una incorrecta higiene o falta de la misma, que hace que se acumulen restos de alimentos o líquidos y formen placa dental; y que los dientes no estén bien colocados, de manera que cuando entran en contacto para la masticación reciben cargas que no están bien distribuidas a lo largo de los ejes mayores de los dientes y sobrecargan todos los tejidos de soporte.
Hay algunas situaciones especiales de la vida en la que el sangrado de las encías se vuelve más habitual que de costumbre. Las personas con diabetes tienden a tener este tipo de problemas bucales y, en el caso de las embarazadas, por unos cambios hormonales, es muy común que tengan gingivitis gestacional. Además, durante el embarazo los dientes tienden a moverse más.
En nuestro día a día, es importante mantener una dieta variada y equilibrada, pues esto repercute directamente en la salud bucal. Aquí te dejamos algunos alimentos que ayudan a prevenir el sangrado de las encías y otros que conviene evitar.
Alimentos recomendados

- Agua
- Leche
- Manzana
- Zanahoria
- Apio
- Pepino
- Té verde o negro sin azúcar
- Chocolate con alto porcentaje de cacao (+80%)
- Kiwi
Alimentos que conviene evitar
- Ultraprocesados
- Refrescos
- Bollería
- Caramelos
Aparte de una dieta equilibrada, hay que aprender a cepillarse correctamente los dientes. La técnica adecuada para limpiar la dentadura y la zona gingival es la de Bass, que consiste en realizar pequeños movimientos circulares y de barrido desde la encía hasta el final de cada diente y colocando el cepillo en un ángulo de 45 grados. Lo ideal es optar por un cepillo cuyas cerdas tengan una dureza suave o media.
Por su parte, hay que tener cuidado con los enjuagues bucales, porque la mayoría tienen antisépticos orales y si los tomas de forma habitual puedes llegar a matar algunas bacterias que son buenas para la boca (desequilibrar la flora bacteriana). Estos pueden llegar a producir efecto rebote y hasta teñir los dientes. Solo se deben usar bajo prescripción médica y no más de dos semanas.
Riesgos asociados a una mala salud bucal
El tener una buena salud bucal, unas cargas bien distribuidas y una encía sana tiene mucho que ver con el rendimiento deportivo, ya que hay muchas sobrecargas musculares y articulares que dependen de un correcto engranaje co-dental y una buena función dental. La infección de las encías en grados severos pueden incluso llegar a ocasionar endocarditis bacteriana, que es inflamación del endocardio, un músculo del corazón. También puede generar trombosis cerebrales: cuando se hinchan mucho las encías, se dilatan los vasos sanguíneos y muchas bacterias y partículas pequeñas van al torrente sanguíneo, posándose en las zonas del cerebro que son más estrechas creando una especie de placa y provocando un infarto o una trombosis en el cerebro.